Dijo Dios: “Yo les entrego, para que ustedes se alimenten, toda clase de hierbas, de semilla y toda clase de árboles frutales”. Génesis Cap. 1, 29 (La Biblia, Latinoamérica, Ediciones Paulinas, Verbo Divino).
Y dijo Dios: He aquí que os he dado toda planta que da semilla, que está sobre la tierra, y todo árbol en que hay fruto y que da semillas; os serán para comer. Génesis Cap. 1, 29 (La Santa Biblia, antigua versión de Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera).
Como yo lo veo, la nutrición equilibrada es sinónimo del cumplimiento del mandato divino, es decir alimentarnos con todas las maravillas que la naturaleza nos ofrece y que Dios puso a nuestra disposición.
Sin embargo la humanidad entera desacatando la orden divina buscó nuevas formas de alimentarse y comenzó a distorsionar su cuerpo, disminuyendo sus energías y echando a la borda el equilibrio que ésta debe tener.
La acidez y la alcalinidad son conceptos ‘nuevos’ con vigencia tan antigua como la vida misma del ser humano.
Este tema lo desarrollaremos más ampliamente en un futuro encuentro. Por ahora trataremos de resumir los requerimientos del cuerpo para alcanzar el equilibrio.
A través de una adecuada alimentación podemos lograr el equilibrio del ph en nuestro organismo.
La fórmula es ingerir 50% de productos alcalinos y 50% de los ácidos.
Entre los alcalinos se encuentran los fosfatos conformados por el agua, verduras, legumbres y frutas. También se les reconoce como reguladores de función.
Las verduras de acuerdo a su presentación está integrado entre otros por 1) FLORES: Coliflor, repollo, brócoli. 2) FRUTOS: Caigua, berenjena, alcachofa, pimientos, pepino, palta, aceituna. 3)TALLO: Apio, espárrago. 4) HOJAS: Espinaca, perejil, acelga. 5) RAÍCES: Zanahorias, nabo, rabanito, cebolla, beterraga.
Las legumbres lo conforman las habas, lentejas, frejol, arvejas, vainitas, germinados.
Entre las frutas tenemos a la papaya, melón, sandía, naranja, manzana, ciruela, tumbo, uva, mango, carambola, lúcuma, etc.
Entre los productos ácidos tenemos los que pertenecen al grupo de azúcares (cereales y tubérculos) y al grupo de nitrógenos (menestras, oleaginosas, frutas secas, además de leche, huevos y carnes).
Del 100% de alimentos que ingerimos debemos cuidar las proporciones. El 50% estarán constituídos por los productos que conforman los fosfatos y el otro 50% deben ser integrados por la suma del 30% de productos del grupo Azúcar y 20% del grupo Nitrógeno. De esta manera podemos aspirar a lograr el equilibrio en nuestro cuerpo.
Los productos pertenecientes al grupo Energético o Azúcares son Cereales (trigo, avena, quinua, kañihua, kiwicha, cebada, centeno, sorgo, mijo, maíz, arroz integral, etc.) y Tubérculos (papa, camote, yuca, olluco, oca, maca, etc.).
Entre los productos del grupo Nitrógeno o Constructores tenemos a las menestras (frejoles, garbanzos, lentejas, soya, etc.), las oleoginosas (pecanas, almendras, nueces, castañas, maní, ajonjolí, linaza, etc.), las frutas secas (pasas, higo, guindones, ciruela, etc.), además de la leche, huevos y carnes especialmente las blancas (pollo y pescado).
El equilibrio de nuestro cuerpo para verse libre de enfermedades depende en mayor proporción de la alimentación.
Cordiales saludos
Ricardo Rivera Ramírez
Promotor y Difusor de Salud Natural
Cel. 975-481-027 RPM *774503
